La Real Academia Española describe “oasis” como un paraje aislado en el desierto en el que hay agua y crece la vegetación. Pongámonos en el caso, de que llevamos horas, quizás días caminando por el desierto, sentimos hambre, calor, cansancio, sed, etc… y de pronto nos encontramos un oasis. Si eso pasara, por sobrevivencia, caminaríamos hacia él para comer, tomar agua, limpiarnos, refrescarnos y dormir, para poder seguir adelante. No nos quedamos a vivir en el oasis, porque de todas maneras, eventualmente agotaríamos los recursos y tendríamos que abandonarlo. Un oasis permite prepararnos, descansar, y encontrar energía para seguir caminando en el desierto.